Los últimos pacientes del mayor hospital de Puerto Príncipe, abandonado y convertido en centro de mando de las pandillas de Haití

El emblemático Hospital de la Universidad Estatal de Haití (HUEH), conocido popularmente como Hospital General, es el mayor centro médico público del país. Pero en él ahora no hay pacientes.

Desde su construcción durante la ocupación estadounidense en la década de 1920, ha sido el referente médico para millones de haitianos.

Desde el 1 de abril, sin embargo, es el símbolo de la violencia que azota el país y en especial la capital, Puerto Príncipe. Los últimos pacientes se fueron y ahora es centro de operaciones de las bandas que controlan Haití.

El hospital ya no es un espacio médico, sino un lugar estratégico por su cercanía al Campo de Marte, la plaza principal de la ciudad donde están las instituciones como el Palacio Nacional, el objetivo principal de las pandillas.

Esta transformación de bastión de salud a un campo de batalla ha dejado a miles sin acceso a atención médica urgente, mientras que la ciudad se enfrenta a una ola de violencia sin precedentes.

“Ni la salud pública ni la privada son buenas en este país, pero para quienes no teníamos opción de tener la privada, nos encontramos ahora completamente desamparados”, dijo a BBC Mundo Pierre Laouard, paciente de cáncer de 62 años.

Laouard vive a dos cuadras del Hospital General de Puerto Príncipe. Se mudó cerca del centro médico en enero para poder llevar a cabo su tratamiento con más comodidad.

Fue uno de los últimos tres pacientes en abandonar el hospital antes de que el 1 de abril se convirtiera en el centro de control de grupos armados haitianos.

Sus pacientes y el personal médico fueron forzados a huir ante el temor de quedar atrapados en el fuego cruzado de los enfrentamientos, que se agudizaron desde el 29 de febrero.

La escalada de violencia ha hecho que los grupos mafiosos tomen el poder y ha provocado un éxodo de la capital.

Semanas después de que dimitiera el primer ministro tras dispararse la violencia en Puerto Príncipe, aún se desconoce cómo será el consejo presidencial de transición que debe tratar de retomar el control del país.

“Llevo dos meses sin poder tener mis quimioterapias, porque el personal médico no podía llegar al hospital. Estoy muy mal, no hay médicos, mis familiares no pueden venir a visitarme debido a la violencia que hay en la ciudad, los suministros médicos son escasos. En este país no hay nada para tratar a una persona con mi diagnóstico”, lamentó Laouard.

Él fue el último en abandonar la instalación antes de que la dirección del hospital anunciara una pausa en las operaciones debido a las crecientes preocupaciones de seguridad en la capital y sus alrededores.

El hospital es clave para que miles de persona reciban atención médica esencial.

“Las personas en situación de discapacidad no podían salir, otras personas llegaron a ayudarlos para sacarlos. En mi caso, no puedo ir a mi casa, porque fue tomada por las pandillas”, dijo Laouard, de 62 años.

También tuvo que desalojar luego el hospital, convertido en un centro operativo de la coalición de pandillas “Viv Ansanm”, liderada por el expolicía Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”.

A pesar de los desafíos históricos del país, incluidas las turbulencias políticas, el hospital había mantenido sus puertas abiertas, dando un mínimo de seguridad para proteger tanto a pacientes como a trabajadores de la salud.